La cafeína es un alcaloide que pertenece al grupo de las xantinas y que se encuentra en más de 60 plantas, entre ellas el café, té, cacao, la nuez de cola, yerba mate, guaraná, etc.
También se encuentra en bebidas de refresco que no contienen alcohol, como las llamadas bebidas energizantes (Red Bull, entre otras).
Se puede producir artificialmente.
Las propiedades de la cafeína fueron aprovechadas desde tiempos remotos: los chinos bebían infusiones de hojas de té, los árabes consumían café y los aztecas ya apreciaban el cacao.
En cuanto a su composición aproximada en éstas bebidas comunes, tenemos que 1 taza (150 ml aprox.) de:
- Café instantáneo concentra 60 mg
- Café tostado molido tiene 85 mg
- Café descafeinado posee 3 mg
- Cacao o chocolate alberga 4 mg
- Té instantáneo dispone de 20 mg
- Té en hojas o en bolsa contiene 30 mg
1 vaso de 200 ml de refresco cafeinado concentra de 20 a 60 mg aproximado de cafeína.
Al ser ingerida, la cafeína se dirige principalmente al cerebro, y el organismo tarda en eliminarla entre 4 y 9 horas aproximado. Esto dependerá de las condiciones de cada persona y su edad, altura, peso y estado salud hepática.
La cafeína tiene especialmente efectos de estimulación del sistema nervioso central, elevando el nivel de alerta y atención, además de ser un diurético.
Algunas personas son más sensibles a la cafeína que otras, por lo que sus efectos pueden ser más prontos en menos concentraciones promedio.
Se debería tener moderación y cuidado en su consumo en casos especiales como embarazadas y personas con determinados inconvenientes de salud, según prescripción médica.
Los efectos estimulantes de la cafeína afectan menos a consumidores habituales de café que a los que no lo son.
Una cantidad promedio de 300 mg de cafeína o el equivalente a 3 tazas de café al día no significan riesgo alguno.
Por último, el café es más que la cafeína y constituye un aporte maravilloso de la naturaleza al hombre, prodigándole placeres que van más allá de los positivos efectos que pueda tener su consumo.